Saber tomar decisiones

 

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EL ARTE DE TOMAR DECISIONES

J.K. Rowling, escritora inglesa contemporánea, escribió en uno de sus libros “Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, más allá que nuestras habilidades”. 
Las personas destacadas en diferente áreas, música, arte, política, lo mencionan tras obtener el éxito, una sola decisión en su vida, en el momento adecuado cambió su futuro. Pero ¿por qué más allá de las habilidades?, todos poseemos capacidades diferentes unos de otros, existen diferentes teorías de la inteligencia que indican que tenemos múltiples habilidades, y sin embargo, si no trabajamos en ellas, no podemos utilizarlas. Las habilidades requieren trabajo para ser pulidas y nos auxilian al haber tomado una decisión, en cambio las oportunidades debemos tomarlas en el momento justo y para eso es necesario aprender la importancia de tomar buenas decisiones.

Las decisiones que tomamos hace años, repercuten aún hoy, por ejemplo, la carrera que elegimos, el hombre con quién nos casamos, el trabajo que buscamos o los amigos que hicimos en la vida; cada una de estos fueron decisiones, aveces nos equivocamos y otras fueron exitosas. Equivocarse no significa fracasar, es la oportunidad de aprender de nuestros errores y no volver a cometerlos.

La familia, son las personas con quienes más nos relacionamos, el núcleo familiar, es aquel con el que compartimos todos los días, más allá de las fiestas de cumpleaños o días festivos. Constantemente tomamos decisiones juntos o individualmente pero que repercuten al hogar, por ejemplo, el colegio donde estudiarán los hijos. El tip más importante es tomar en cuenta este aspecto, que la familia es un conjunto, pedir consejo y tomar la decisión en consenso permite la unión familiar y la satisfacción de que los beneficios los obtendrán juntos y si hubiera repercusiones contraproducentes les harán frente como familia.

Dentro de la comunidad y la sociedad, los involucrados son aquellas personas que nos rodean en nuestra colonia, vecindario, zona, y tomamos decisiones para nosotros pero también para ellos, por ejemplo: las elecciones presidenciales o pagar o no la recolección de basura. ¿Cómo tomar decisiones para la comunidad? El tip más importante es pensar en el futuro. Pequeñas decisiones como pagar la recolección de la basura, nos asegura una comunidad limpia para ti y sus hijos, elegir a los mandatarios le asegura un país democrático.

En el área laboral, las decisiones van de la mano con el éxito de la empresa, sin importar el cargo que desempeñe. Por ejemplo el contador que llevará las cuentas claras y precisas de la empresa; la selección de un nuevos colaboradores. Aunque no lo parezca las acciones que se realizan en el trabajo, también son elecciones, elegimos realizarlas correctamente o solamente por llenar un requisito. El tip más importante para el área laboral, es recordar que todo lo que hacemos es una carta de presentación.

Y finalmente el área más importante, el área espiritual. En el área espiritual se encuentra la satisfacción con nosotros mismos, el placer de hacer lo correcto. Aquí entra cómo se manejan y se expresan los sentimientos, cómo nos comportamos individualmente con otros y cómo cumplimos metas personales. Por ejemplo, elegimos colaborar con un asilo o un orfanato, elegimos decir la verdad, elegimos asistir a una comunidad religiosa. El tip más importante radica en el principio de utilidad: se debe elegir la acción que más beneficio traiga al mayor número de personas; como la acción de la mentira, que  la mayoría de las veces trae beneficio solamente a una persona o el robo traerá beneficio para un grupo por sus acciones delictivas pero nunca para el desarrollo de la comunidad.

Después de saber un poco acerca de las áreas principales donde tomamos decisiones, se debe analizar qué es lo que se necesita para tomar “buenas” decisiones:
Primero se recomienda observar el dilema desde diferentes puntos de vista. El dilema muchas veces se le conoce como “el problema” pero también visto desde diferentes puntos de vista puede ser  un reto, una tarea, una aventura, una incógnita. Cuando se ve dilema como un problema puede causar malestar, pero cuando se ve como un reto, se convierte en algo positivo. 
El segundo paso, inmediatamente después de establecer una denominación, imaginar la primera decisión que nos venga en mente y de igual manera imaginar las consecuencias que proceden. Esto permite un análisis de la situación de forma inmediata.

El tercer paso es generar alternativas, al tomar una decisión existen diferentes elecciones, la prisa o la situación estresante impide ver estas opciones, por lo mismo es importante sentarse por un segundo a analizarlas junto a las consecuencias de cada una. 
El cuarto paso es elegir la acción que se llevará acabo y ponerla en práctica. Aunque este parece el último paso, se debe agregar uno más.
El quinto paso es evaluar los resultados. Esta evaluación permite distinguir si la decisión tomada fue la correcta y con ello evitar inconvenientes en el futuro o mejorarla para obtener mayores beneficios.

Se debe evitar tomar decisiones apresuradas, aunque algunas veces no pueden evitarse y se necesita de un análisis concluyente. No requiere el mismo tiempo elegir a qué dentista acudirá que pedir el menú de comida o seleccionar una respuesta en un examen de respuesta múltiple. Las decisiones que se toman determinan el camino que tomaremos en la vida, elegimos opciones todo el tiempo, pero si constantemente te percata que toma decisiones equivocadas deberá estudiar cuáles son los criterios que utiliza. Siempre utilizamos criterios, como una tabla de cotejo. Esta tabla mental consta de prioridades, valores, principios, preferencias, metas. 


  • Prioridades: ¿qué tan importante es para ti? 
  • Valores: ¿Esta elección es coherente con tus valores?
  • Principios: ¿Esta decisión cumple con los 3 principios de la ética: es beneficioso, es justo y es respetuosa?
  • Preferencia: ¿Esta elección es la que más te gusta?
  • Metas: ¿Esta elección es coherente con tus metas?
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Tomar decisiones en sí es un arte, no se puede ser perfecto todo el tiempo, pero se puede tomar decisiones a partir de la ética y la moral, de un beneficio personal y para la comunidad. No debe dejarse de lado la responsabilidad que se tiene por las decisiones que tomamos. Constantemente se escucha a personas que culpan a otras por sus decisiones en frases como “tú me dijiste que eso era lo que tenía que hacer” con cierta inmadurez, para evitar hacerse responsables de la decisión que tomaron. Al tomar decisiones se puede buscar  asesoría o consejo en una persona de confianza, pero las elecciones que realizamos son propias en la mayoría de los casos, por lo mismo no se puede dejar de lado nuestra identidad, ya que sellamos cada acción con nuestra personalidad, carácter e individualidad.
Margarita Chocón
2017

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